lunes, 16 de julio de 2007

Entrada al Laberinto


Definitivamente las experiencias que cada día vivimos deben ser recoradadas en lugares más seguros que en los laberintos de nuestra mente, es allí dónde interviene este pequeño espacio, una especie de bitácora de los viajes que a diario emprendo y sólo quedan registrados en mi quijotera (cabeza según estopa).

Pero, ¿qué es realmente una laberinto? dice el diccionario que es un lugar confuso de calles y encrucijadas. Dice también que es un entretenimiento en el que hay que encontrar la salida, pero, ¿cómo fué que entramos en principio?

Desde el mismo momento que tomamos conciencia de qué somos realmente se empiezan a edificar las paredes de nuestro laberinto, asi como en La Pared (The Wall) de Pink Floyd (en la mayoría de los casos no es tan dramática la construcción de dicha estructura) paredes que se cruzan más día a día, pasillos que se alargan más minuto a minuto, encrucijadas que se asemejan unas a otras siempre... en fin, un laberinto con todas las de la ley pero ojo, esto no es necesariamente malo y nocivo una vez que aprendemos a movernos en él.

Los laberintos de nuestra mente nos sirven de protección, soporte, armario y defensa en ellos encerramos aquello que no queremos que nadie sepa, allí nos refugiamos cada vez que nos sentimos en un claro peligro emocional, en sus pasillos se esconden los mas bellos y horribles recuerdos de nuestra vida, pero hay veces que ni en las anchas calles de nuestro laberinto cabe tanta letra muerta, tanta canción inédita, tanto pensamiento sucio, tanta acción noble, tanto amor ni tanto odio

Esta es la entrada al laberinto, donde el minotauro acecha y el sol derrite nuestras alas, aún así, es un lugar donde paso mucho, mucho tiempo, espero lo disfruten y enloquezcan un poco junto a mi, que no he podo conseguir la salida...

1 comentario:

Marlin dijo...

La vida misma es un laberinto, fijate en mí... tengo tantas preguntas y no encuentro ni una sola respuesta y a la vez tengo muchas respuestas y ni una sola pregunta. Solo sé que mientras recorramos juntos nuestro laberinto nada podrá hacernos daño...